Sebastián trató de calmarla, pero Lucía estaba decidida en hablar con todos. Los primeros fueron Verónica y Alonso, quienes bailaban al ritmo de una pegajosa canción de salsa. Luego, en otra escena, Lucía pidió a Micaela que le sirva un plato. Al escuchar el comentario de Alonso se molestó más.
Sebastián habló a solas con su pareja y le dijo “mandoncita” para tratar de calmar las aguas. Sin embargo, la jovencita se ofuscó más y no quiso que la llamen así. Su actitud mostró otra cosa: sí es mandona y no quiso aceptarlo.